Durante el tradicional desfile de San Nicolás, el 5 de diciembre por la tarde, en el que el buen obispo, con una larga barba blanca, da frutas y dulces a los niños, criaturas que se arrastran en un diabólico medio hombre y medio chivo con un aire insalubre, son los "krampus" que siguen el carro del santo en busca de "malos niños", pero no sólo niños.
Este acontecimiento tiene orÃgenes muy lejanos, quizás incluso paganos ligados al solsticio de invierno, y todavÃa hoy se celebra en varios lugares del Tirol del Sur, en primer lugar en Merano, una ciudad cuyo patrón es San Nicolás.